Traducción al español por Sott.net

"Yo siempre he creído que la sociedad es fundamentalmente racional, pero ¿y si no lo es? ¿Y si está fundamentada en la demencia"

Jon Ronson se hace esa pregunta en su último libro, The Psychopath Test: A Journey Through the Madness Industry (El Test del Psicópata: Un viaje a través de la Industria de la Locura). Probablemente, Ronson es más conocido por su libro, El hombre que mira fijamente a las Cabras, que fue adaptado a la pantalla grande con la actuación de George Clooney. Que documenta a un grupo de hombres de la Armada Americana ligeramente locos, que estaban convencidos de que podían hablar a través de las paredes y matar cabras simplemente mirándolas amenazadoramente (aparentemente se tomaron muy literalmente la frase matar con la mirada). Él también escribió un libro sobre fundamentalistas, extremistas y radicales, incluso siguió de cerca a David Icke por un tiempo. Para mera investigación por supuesto. Habiendo ya pasado mucho tiempo de carrera escudriñando la franja límite de la normalidad, El Test del Psicópata, lo empuja más lejos en la esfera de la locura y la ciencia que intenta explicarla. El resultado es entretenido, algunas veces informativo, sin embargo es una de variedades, que nunca responde realmente las preguntas que se dispuso a abordar.

Voy a evitar dar un resumen del libro capítulo por capítulo. Como dije anteriormente, es entretenido y de fácil lectura. Yo no soy un persona que lee particularmente rápido pero he devorado éste en tres sentadas durante dos días. Entonces, si tienes el tiempo, dinero y/o la inclinación, échale un vistazo. Más bien, me gustaría enfocarme en lo que llamaría lo bueno, lo malo y lo más o menos. Ronson acierta en muchas cosas. Antes que nada, es un muy buen escritor. El libro está condimentado con relatos entretenidos, simpáticos y algo inquietantes; de sus entrevistas con personas que él llega a considerar como psicópatas genuinos. Enfrentar a un reportero autodenominado neurótico y excesivamente ansioso; en contra de algunos de los criminales y manipuladores más peligrosos del mundo, es una receta para una historia muy buena, y desde este punto vista, Ronson hace su entrega.

Como Martha Stout (a quien Ronson cita en el libro), autora de The Sociopath Next Door ("El Vecino Sociópata"), Ronson realiza un muy buen trabajo al introducir el concepto de la psicopatía a lectores que de otra manera no estarían interesados en buscar sobre el tema en libros áridos. Él viaja por el mundo entrevistando a candidatos potenciales: Desde un hombre condenado en el Reino Unido, que intentó fingir locura para evitar la prisión, sólo para ser colocado en una institución para criminales dementes; un ex líder de un escuadrón de la muerte de Haití que fue apoyado y protegido por la CIA; hasta un ex Director Ejecutivo de Sunbeam, Al "Yo creo en depredadores" Dunlap, quien alegremente despidió a miles antes de ser acusado por fraude corporativo. Al encontrarlos, Ronson confronta a sus entrevistados con su psicopatía, con resultados sorprendentes. Muchos lo niegan, claro, mientras revelan lo contrario de manera no tan sutil en sus respuestas a Ronson, quien obedientemente anota su diagnóstico en su cuaderno de notas. Por otro lado, Dunlap se las arregla para convertir a cada aspecto de la Lista de Verificación del Psicópata, en algo "Positivo para el Liderazgo". Para Dunlap, ¡ser un psicópata no está nada mal! Seguiré con esto más abajo.

Después estaba el experimento fallido en Oak Ridge, Canadá, en el cual se trató con LSD a delincuentes psicópatas y se los motivó a "compartir sus sentimientos", participando en terapias grupales donde cada uno actuó como el psicoterapeuta del otro. Los presos mostraron mejorías notables y fueron liberados al mundo, seres reformados ansiosos por comenzar una vida nueva. Por lo menos eso es lo que los doctores pensaron. Pero la terapia simplemente les había enseñado a ser mejores manipuladores y parecía que esto se asentó mas aún en sus cabezas. Sus tasas de reincidencia terminaron siendo más altas que las de psicópatas ordinarios. Es bueno ver que este tipo de conocimiento anecdótico sobre psicopatía llegue a los medios convencionales. Como experto en psicopatía y autor de la Lista de Verificación de la Psicopatía, Bob Hare, dice que los psicópatas nacen psicópatas. No puedes tratarlos. Este es uno de los aspectos más destacados del libro: las intermitentes conversaciones de aeropuertos y hoteles que Ronson tuvo con Hare durante el proceso de investigación para el libro. Por ejemplo:
Bob dijo que siempre es una linda sorpresa cuando un psicópata habla abiertamente sobre su inhabilidad para sentir emociones. La mayoría de ellos pretenden sentir. Pero cuando nos ven a los no-psicópatas llorando, o asustados, o conmovidos por el sufrimiento humano, o lo que sea, ellos piensan que es fascinante. Ellos nos estudian y aprenden a imitarnos, como criaturas del espacio intentando mezclarse, pero si mantenemos los ojos abiertos, podemos notar su falsedad. (p. 100-101)

"Nunca debería haber hecho toda mi investigación en prisiones. Debería haber pasado tiempo dentro de la Bolsa de Valores también."

Miré a Bob. "¿En serio?" dije.

Él asintió.

"Pero seguramente los psicópatas del mercado y de la Bolsa no pueden ser tan malos como los asesinos seriales psicópatas," dije.

"Los asesinos seriales arruinan familias." dijo Bob encogiéndose de hombros. "Psicópatas corporativos, políticos y religiosos arruinan economías. Ellos arruinan sociedades."

Ésta -decía Bob- era la solución directa al mayor misterio de todos: ¿Por qué el mundo es tan injusto? ¿Por qué toda esa salvaje injusticia económica, esas guerras brutales, la cotidiana crueldad corporativa? La respuesta: Psicópatas. Esa parte del cerebro que no funciona bien. Estás parado en una escalera mecánica y ves a las personas pasando en la escalera contraria. Si pudieras meterte dentro de sus cerebros, verías que no somos todos iguales. No todos somos buenas personas que simplemente tratan de hacer el bien. Algunos de nosotros son psicópatas. Y los psicópatas son los que tienen que ser culpados por esta sociedad brutal y deformada. Ellos son las rocas ásperas arrojadas en la laguna tranquila.

"Si algún político o líder de negocios hubiese tenido una infancia psicopática violenta, ¿No habría salido esto en la prensa y los hubiera arruinado?" Dije.

"Ellos encuentran maneras de enterrarlo", respondió Bob. "Sin embargo, los Problemas de Comportamiento Tempranos no necesariamente significan que terminarán en el Reformatorio Juvenil. Podría significar, digamos, torturar a animales en secreto." Hizo una pausa. "Pero tener acceso a personas como esas puede ser difícil. Los prisioneros son fáciles. A ellos les encanta conocer a investigadores. Eso rompe la monotonía de su día. Pero Directores Ejecutivos, políticos..." Bob me miró. "Es una historia bien grande," dijo. "Es una historia que podría cambiar para siempre la manera en que la gente ve al mundo." (p.118)
Más adelante, Ronson confronta a Hare con una crítica que escuchó de otro profesional, diciendo que Hare hablaba de psicópatas como si ellos fueran una especie diferente. Y en lo que parece ser una respuesta mitad "cúbrete el trasero", mitad "esto es lo que verdaderamente pienso", Hare dijo:
"Todas la investigaciones indican que ellos no son una especie diferente," dijo Bob. "No hay evidencia de que sean una especie diferente. Entonces él [el crítico] está mal informado en la literatura. Él debería estar al día en la literatura. Es dimensional. Él debería saber eso. Es dimensional"...

Bob me miró suavemente. "Yo tengo claro esto," dijo. Hubo un silencio. "Sin embargo, en lo profundo, el sentimiento en mis entrañas es que quizás son diferentes," agregó. "Pero no hemos establecido eso todavía." (p. 268)
Y en una conversación con Martha Stout, él preguntó:
"¿Y qué pasa si la esposa de un psicópata lee esto?" Pregunté. "¿Qué debería hacer? ¿Dejarlo?"

"Sí," dijo Martha. "A mí me gustaría decir que lo dejaras. No dañarías los sentimientos de nadie porque no hay sentimientos que dañar." Hizo una pausa. "A los sociópatas les encanta el poder. A ellos les encanta ganar. Si sacas la amorosa bondad del cerebro humano, no queda mucho más que las ganas de ganar."

"¿Lo que significa que encontrarás una preponderancia de ellos en la cima de la sociedad? Dije.

"Sí," dijo ella. "Cuanto más alto que vayas en la escalera, más alto será el número de sociópatas que encontrarás."

"¿Entonces las guerras, las injusticias, la explotación, todas estas cosas suceden por ese pequeño porcentaje de la población ahí arriba, quienes son locos en cierto sentido?" pregunte. Sonaba como el efecto dominó del libro de Petter Nordlund, pero a escala gigante.

"Yo creo que muchas de estas cosas son iniciadas por ellos," dijo ella.

"Es un pensamiento enorme y aterrador," Dije, "ese noventa y nueve por ciento de nosotros que deambulamos por aquí abajo ateniéndonos a vidas presionadas y difíciles debido por esa fracción psicopática de ahí arriba."

"Es un pensamiento grande," dijo ella. "Es un un pensamiento que las personas no tienen muy a menudo. Porque fuimos criados para creer profundamente que todo el mundo tiene consciencia." (pp. 113-114)
La referencia a Petter Nordlund alude al misterio que hizo que Ronson comenzara el camino que llevaba a El Test del Psicópata. Varios neurólogos y otros académicos recibieron un críptico manuscrito anónimo titulado Being or Nothingness (Ser o Nada). Uno de ellos contactó a Ronson para resolver el misterio, y él lo resolvió. Entonces, ¿Cuál fue la respuesta? ¿Cuál era el "eslabón perdido" para dar sentido a todo eso y descifrar el código?
Sí, existía una pieza faltante en el rompe-cabezas... pero los recipientes lo entendieron mal. Ellos asumieron que el empeño era brillante y racional porque ellos eran brillantes y racionales, y nosotros tendemos a asumir automáticamente que el resto del mundo es básicamente como nosotros. Pero, de hecho, la pieza faltante era que el autor era un chiflado.

"¿No puedes verlo? Es increíblemente interesante. ¿No te choca toda la acción, que ocurrió simplemente porque algo no salió bien con el cerebro de un hombre? Es como si fuera que el mundo racional, tu mundo, fuese una laguna calmada y el cerebro de Petter fuese una roca áspera arrojada adentro, creando extrañas ondas por todas partes."

"La locura de Petter Nordlund ha tenido una gran influencia en el mundo. Ha causado análisis intelectuales, actividad económica y ha creado una forma de comunidad. Académicos dispares, dispersos en todos los continentes, habían quedado intrigados, paranoicos y narcisistas debido a la misma. Ellos se encontrarían en blogs y foros, y debatirían por horas, formando teorías conspiratorias sobre organizaciones cristianas obscuras, etc.Uno de ellos se sintió motivado a tener una cita conmigo en un Café Costa. Yo volaría a Suecia en un intento para resolver el misterio. Etc." (pp. 28, 31)
Como Martha Stout y Bob Hare le habían comentado a Ronson, nosotros asumimos que las personas son iguales, todos tratando de vivir vidas decentes y tratamos de ser "buenos". Pero ese no es el caso. Y cuando algo completamente extraño se entromete en nuestra humanidad, cuando el depredador entra abruptamente en nuestras vidas buscando algo para comer, nosotros lo malinterpretamos gravemente, proyectando nuestra humanidad en él, leyendo mucho en él (o muy poco), como la ensalada de palabras de algunos excéntricos delirantes. Y esto nos afecta de maneras que nunca hubiésemos imaginado o anticipado.

Esta fue la pregunta que llevó a Ronson a preguntarse si realmente podría ser verdad que los psicópatas gobiernan nuestro mundo, que ellos delinean la forma y el funcionamiento de nuestra sociedad. ¿Podría esta idea simple pero radical explicarlo todo? ¿Desde "los excesos brutales del mismo capitalismo" hasta la insensibilidad absoluta de lucrar a partir de la miseria de industrias enteras? Como un "hombre de negocios enormemente rico" dijo Ronson, nada ha cambiado en los años recientes. Y no es sólo en los EE.UU. Es en todas partes. En todo el mundo.

¿Qué significa esto? Después de un encuentro con el investigador de la psicopatía Essi Viding, mientras investigaba el manuscrito misterioso, una colega de ella le relató esta historia a Ronson: "Ella estaba entrevistando a un psicópata. Ella le muestra la imagen de una cara asustada y le pide que identifique la emoción. Él dice que no sabía cuál era la emoción pero que era la cara que las personas ponían justo antes de él las mate." (p. 10) Otro psicópata le había dicho a él que "matar personas era como aplastar bichos."

Piense al respecto.

De cualquier modo, eso es lo bueno. Mientras que lo 'más o menos', Ronson jamás llega a responder la pregunta "¿Podría ser cierto?" Él solamente la deja colgando sin ir mas profundo realmente. A pesar de las opiniones que cita, las cuales yo pienso que hacen un buen caso para responder de manera definitivamente afirmativa, él nunca llega a una respuesta concluyente, describiendo a sus esfuerzos como si lo mismos lo llevaran a resultados entremezclados. En su libro escribe al principio:
"Realmente podría tener entre manos algo significativo... Realmente podría ser que muchos de nuestros líderes políticos y de negocios sufren un Desorden de Personalidad Antisocial o Narcisista y ellos hacen las cosas dañinas y explotadoras que hacen debido a un esfuerzo enfermo por el éxito ilimitado y la admiración excesiva. Sus desórdenes mentales pueden ser los que gobiernan nuestras vidas. Esto podría ser una historia verdaderamente grande para mí si puedo pensar en algún camino para demostrarlo de alguna manera." (p 34)
Pero parece que Ronson simplemente no miró lo suficiente. Su búsqueda lo podría haber llevado hacia otro manuscrito misterioso, pero uno con mucha más importancia y el cual, inclusive, da respuestas clínicas para estas ideas y preguntas "duras". Claro, estoy hablando de Ponerología Política de Andrew Lobaczewski, el cual apenas logró salir de la Polonia Comunista, las primeras copias fueron destruidas, robadas o se perdieron, y sus investigadores cazados, arrestados, torturados, asesinados y silenciados. Lobaczewski sobrevivió lo suficiente como para escribir el libro de memoria y contactar a un editor que reconoció la importancia de lo que estaba diciendo: Sí, los psicópatas gobiernan el mundo y así es como funciona. Él lo estaba diciendo antes que todo el mundo,, pero su trabajo había sido altamente ignorado y suprimido. Libros recientes como The Lucifer Effect (El Efecto Lucifer) de Philip Zimbardo, The Paranoia Switch (El Interruptor de la Paranoia) de Martha Stout, Snakes in Suits (Serpientes en Trajes) de Hare y Babiak, Evil Genes (Genes Malignos) de Barb Oakley y Driven to Lead (Impulsados a Liderar) de Paul Lawrence son esfuerzos buenos y bienvenidos, pero ellos apenas arañan la superficie de lo que Lobaczewski presenta en Ponerología.

Dicho esto, ya que a Ronson le ha faltado la llave para comprender lo que REALMENTE está pasando, me voy a concentrar en algunas áreas en las que él no es tan claro y llega a algunas conclusiones flojas. Algunos de sus errores no son tan graves ("más o menos"), pero algunos son sencillamente malos.

Ronson comienza con una mirada al DSM, el manual para psiquiatras que lista todos los desórdenes mentales "conocidos", sus síntomas y las listas de verificación para determinar si una persona sufre un desorden particular (o varios). Ronson abrió estas páginas e "instantáneamente me auto-diagnostiqué con doce diferentes. ... Estaba mucho más loco de lo que habría imaginado." De hecho, desde el Trastorno de Aprendizaje de la Aritmética, al Problema Relacional de Padres e Hijos, hasta el Desorden Inducido por Cafeína y el Trastorno de Pesadilla (Trastorno por Sueños Angustiosos), parece como si los escritores del DSM "tuvieron un deseo loco de etiquetar a toda la vida con un desorden mental."(pp. 34-35) Los desórdenes terminan sonando como aquellos desactualizados de siglos pasados, por ejemplo, la drapetomanía, "evidente solamente en esclavos... el único síntoma era 'el deseo de salir corriendo de la esclavitud'." (p. 54)

Ronson se encuentra con algunos Cienciólogos quienes son críticos vehementes de la psiquiatría. La sola mención de las palabras "desorden mental" los hace levantar las pestañas. Uno de los Cienciólogos, Brian, presenta a Tony a Ronson, el chico que disimulo locura para evitar la prisión. Según Brian, "¡Él está completamente sano! ¡Él ha fingido para entrar a ese lugar! Y ahora está atrapado. Nadie creerá que está cuerdo." A pesar del hecho de que eso no era exactamente la verdad (sus doctores sabían que él estaba cuerdo, pero también sabían que él era un psicópata, razón por la cual lo mantenían ahí), es bastante irónico leer sobre la celosa cruzada de los Cienciólogos contra la Psiquiatría. Aquí está el por qué.

Antes que nada, ellos tienen un punto. Hay mucha "credulidad e inexactitud [en] la profesión psiquiátrica" (p. 42). El gran número de trastornos, para los cuales no hay etiologías verificadas científicamente, y el número de personas afectadas por los mismos es suficiente para levantar preguntas. Y parece que cuanto más complicado se pone el comportamiento humano, más se etiqueta un desorden. Pero por el otro lado, los Cienciólogos parecieron estar descartando problemas reales que causan sufrimiento a las familias al etiquetar reflexivamente a todo el mundo como "sano" para encajar su ideología. Mientras notaba la contradicción, Ronson queda estancado a medio camino, escribiendo el capítulo final.

Jon Ronson.
Yo creo que el negocio de la locura está lleno de personas como Tony [un "semi-psicópata" en palabras de Ronson], reducidas a sus límites más locos. A algunos, como Tony, se los encierra en unidades DSPD (División de Servicios para las Personas con Discapacidades por sus siglas en Inglés) porque tuvieron puntajes altos en la lista de verificación de Bob. Otros están en la televisión a las nueve p.m., con sus atributos aburridos, ordinarios, y no-locos, hábilmente editados, puntos de referencia de aquello que no deberíamos ser. Obviamente hay mucha gente enferma por ahí. Pero también personas en el medio, siendo sobre-etiquetadas, deviniendo nada más que un gran derroche de locura en las mentes de las personas que se benefician de ello. (p. 267)
Pero Ronson está confundiendo categorías, haciéndolo llegar a malas conclusiones. De hecho, la solución al problema puede ser encontrada en la página 58 de su propio libro, en una cita del doctor de Tony, el Profesor Maden:
Le escribí un correo electrónico al profesor Maden: "¿No es como esa escena en la película Ghost cuando Whoopi Goldberg pretende ser un psíquico y después resulta que realmente puede hablar con los muertos?"

"No," me respondió por correo electónico. "No es como esa escena de Whoopi Goldberg. Tony fingió una enfermedad mental. Eso es cuando tienes alucinaciones e ilusiones. Las enfermedades mentales van y vienen. Pueden mejorar con medicamentos. Tony es un psicópata. Eso no va y viene. Es lo que es."
Hay una diferencia entre "enfermedad mental" y psicopatía. La enfermedad mental es lo que los no-psicópatas pueden o no tener: Problemas emocionales causados por trauma, toxinas, abuso, etc. La psicopatía es completamente diferente. Sí, los psicópatas pueden tener algunas cualidades aparentemente útiles, pero las mismas son incidentales a la psicopatía subyacente. Sí, pueden ser encantadores y buenos conversadores, pero eso es un teatro. Sí, ellos pueden no matar, pero manipulan y dañan a otros de maneras diferentes. Es simplemente su forma de ser, y ese es el punto que a Ronson le costaba digerir. Y son esos psicópatas ocupando el medio-campo los que pueden ser tan peligrosos. Ellos son los Al Dunlaps, los Benie Madoffs, los Benjamin Netanyahus, los Dominique Strauss-Kahns, quienes causan estragos en economías y sociedades enteras. O, si no llegan tan lejos en la cima, son los jefes imposibles, los esposos abusivos, los abogados y policías corruptos.

Pero volviendo a los Cienciólogos ¿Por qué dije que su extremismo era irónico? Bueno, resulta ser que en 1966 L. Ron Hubbard se mudó de su casa en el Reino Unido para siempre. Como decía un Cienciólogo a Ronson mientras visitaban la casa de Hubbard:
"Las conclusiones a las que estaba llegando..." dijo Bob. Un tono ominoso se había deslizado en su voz...

"¿Cuál era la naturaleza de su trabajo?" Pregunté.

Hubo un silencio. Y después Bob dijo en voz baja, "La personalidad antisocial." (p. 52)
Hubbard parece haber identificado el problema, pero sus seguidores estaban cometiendo el mismo error que comete Ronson, hasta el punto que ellos activamente pidieron que soltaran a esas mismas "personalidades antisociales", quienes según Hubbard "no pueden sentir ninguna forma de remordimiento o vergüenza. Ellos aprueban solamente acciones destructivas. Ellos parecen bastante racionales. Pueden ser muy convincentes." Un giro de eventos interesante ¿no?

Tal vez ese sea el problema. "Ellos pueden ser muy convincentes." Vemos las ondas en la laguna pero la roca sigue siendo invisible, encubierta detrás de un velo de normalidad. El blanco deviene negro, lo bueno deviene malo, la paz deviene guerra, y la sanidad deviene locura. De hecho, esa inversión de significados es una pista de la psicopatía. Ellos son maestros del "doble-discurso", creando trampas verbales y situaciones imposibles que dejan a los no-psicópatas desconcertados. ¿Será tal vez esa la solución al callejón sin salida en que se encuentra la psiquiatría moderna? Un cierto grado de "enfermedad mental" es humano, incluso saludable. Como una reacción inmune en el cuerpo, es la respuesta normal a la afrenta de la psicopatía en una mente saludable. Intimidación laboral, trabajos que matan el alma, relaciones abusivas, depresiones económicas, las guerras modernas, estrés crónico, histeria social - éstas no son condiciones humanas normales. Son síntomas y efectos de la psicopatía.

Pero cuanto más reaccionamos ante la verdadera locura (la del tipo psicopático), más nos etiquetan como locos. Y el verdadero enemigo permanece desapercibido. ¿Podría esto decir más sobre la psiquiatría, y aquellos que están impulsando un abordaje tan anti-humano, que las personas diagnosticadas y drogadas en respuesta? Como Tony dijo a Ronson, "Es como brujería. ... Ellos ponen todo patas para arriba." (p.62) ¿Recuerdan la drapetomanía? ¿Recuerdan los "positivos para el liderazgo" de Al Dunlap? Él había mencionado del "grandioso sentido de valor personal" que "Si no crees en ti mismo, nadie más lo hará." ¿Manipuladores? "Yo creo que podría describir eso como liderazgo." ¿Impulsividad? "Análisis Rápido" ¿Afectos superficiales? Que eso "te permite no sentir 'algunas emociones sin sentido.'" ¿Falta de remordimiento? "Te da la libertad de moverte hacia adelante y alcanzar cosas más significativas." (pp. 156-157) La respuesta estaba mirando a Ronson a la cara, pero él jamás hizo las conexiones.

El doctor Allen Frances había dicho a Ronson:
"La manera en que se realiza el diagnóstico (de la infancia bipolar) en EE.UU. no era algo de lo que teníamos intención... Niños con irritabilidad extrema y
mal humor y rabietas temperamentales, ahora están siendo llamados bipolares. Las compañías farmacéuticas y los grupos de apoyo tienen una tremenda influencia en la propagación de la epidemia."

"Los diagnósticos psiquiátricos están acercándose cada vez más al borde de la normalidad ... Hay una presión social hacia la conformidad en todos los sentidos ... Hay menos tolerancia a la diferencia." (pp. 244,245)
¿No podía Ronson ver la conexión entre los "Al Dunlaps" del mundo económico/corporativo y el mundo psiquiátrico/farmaco-traficante? ¿Que la llave perdida es la psicopatía? ¿Que esa es la razón para etiquetar a personas normales como "enfermas mentales" y mantener a nuestro niños drogados, enfermos en la mente y el cuerpo, mientras que los verdaderamente enfermos son aquellos que cosechan los beneficios?

Ronson estaba verdaderamente en algo cuando escribió:
Toda esa conversación de serpientes adoptando forma humana me hizo recordar una historia que una vez hice sobre un teórico de la conspiración llamado David Icke, quien creía que los gobernantes secretos del mundo eran gigantes lagartos, bebedores de sangre, sacrificadores de niños, que habían cambiado a la forma humana para poder realizar sus maldades en una población desprevenida. De repente me di cuenta de lo similares que eran lasdos historias, excepto que en ésta las personas que hablaron de serpientes en trajes eran psicólogos eminentes y totalmente sanos, respetados alrededor del mundo. ¿Era esta una teoría conspiratoria realmente verdadera? (p. 138)
No, no son lagartos. Más bien, los dueños secretos del mundo son psicópatas ricos, hambrientos de sangre y violadores de niños. ¿Recuerdan los comentarios sobre "aplastar insectos"? A estas personas simplemente les importan un cuerno los asesinatos masivos, violar a madres frente a sus hijos o a niños frente a sus padres. A ellos no les importa las fusiones del los núcleos en plantas nucleares, el petróleo envenenando al Golfo, la polución que causa cáncer de pulmón, las dietas que causan enfermedades. Ellos están cautivados por esto. Fascinados. A ellos les da mucho placer ver a las personas sufrir y volverlas locas. Literalmente. Ellos son la clase de cretinos que se cortarán a sí mismos y culparán a su esposa para ganar la custodia de los niños en un divorcio, apuñalarán a su "mejor amigo" en la espalda si haciendo eso pueden incriminar a otra persona y obtener algún tipo de beneficio a cambio. Trucos sucios. Diversión y juegos. Son astutos, manipuladores y despiadados. Y aquí es donde Ronson va de más o menos a sencillamente malo.

Dos veces en el libro él relata su molestia por ser llamado "cómplice" o "estúpido" por no creer en las teorías conspiratorias del 11/9 y el 7/7. Mientras Ronson puede ser un chico inteligente en muchos aspectos, cuando se trata de "teorías conspiratorias", tengo que ir con sus detractores. En una sección sobre una de los sobrevivientes del ataque del 7/7, Rachel North, él escribe: "Solo los (Entre ellos) pensadores-mágicos más extremos entre ellos ["truthers"del 11/9(grupos que no aceptan la explicacion oficial de estos eventos)] eran teóricos conspiratorios del 7/7 también: Mientras el 11/9, obviamente, no fue un trabajo interno, el 7/7, OBVIAMENTE no era un trabajo interno." (p. 183). Sin embargo, el único punto que termina demostrando es que muchos de los teóricos conspiratorios son estúpidos y están gravemente equivocados. No, los ataques del 7/7 no fueron un "truco falso" usando "pirotecnia, dobles y actores, falsa sangre, para los efectos especiales." Sí, Rachel North fue una víctima real de los ataques. Sí, aviones reales se estrellaron contra el World Trade Center. Pero nada de eso desecha el hecho de que los ataques del 11/9 y el 7/7 hayan sido operativos de falsa bandera, usando bombas reales, causando muerte y destrucción real, arruinando vidas y trayendo devastación para miles de familias. Sí, sacar a la luz estas atrocidades y acosar a las víctimas cruel. Pero no, buscar la verdad, prestar atención a los detalles como los lugares y las características físicas de los agujeros de la explosión del 7/7 no es cruel. ¿Un policía o detective es cruel porque intenta discernir el punto de entrada y salida de una herida de bala? No, él está intentando encontrar la verdad, para que pueda haber justicia verdadera. La diatriba de Ronson contra los teóricos conspiratorios es tan vergonzosa como esos conspiratorios que declaman sin-sentidos y HACEN actos en una forma cruel. Pero incluso en ese caso, aquí hay más de lo que se puede ver.


David Shayler, agente MI5 y delator.
Las críticas de Rachel North la acusaron (así como las acusaciones a Ronson) de ser una "cómplice", una agente del gobierno declamando desinformación. Ronson también le dedica muchas páginas a una discusión de David Shayler, ex oficial MI5, teórico de la conspiración del 11/9 y del 7/7, uno de los de la postura "no habia ningun avion", travesti y la segunda venida de Jesus. Sí, el tipo está completamente loco. Eso es un hecho. Lo que Ronson ignora es el hecho de que ¡David Shayler es el verdadero agente en todo este drama! Él es el auto proclamado agente del gobierno. Él incluso admitió que se vistió de anarquista en una demostración durante su temporada con el MI5.

Déjenme deletréalo. Primero empecemos por el panorama en general. Los psicópatas gobiernan nuestro mundo. Los expertos están de acuerdo en eso. Cuanto más alto llegas a la cima, más son los psicópatas con los que te encuentras. Ellos están en los negocios, bancos, medios de comunicación, en la política, inteligencia, milicia, academia. Ellos también son astutos, manipuladores y despiadados. Ellos son los malvados bastardos en las novelas de Hercule Poirot por Agatha Christie, quienes se las arreglan matando a personas y después culpando a otra persona. Ahora, estoy segura de que no muchos discreparán conmigo cuando digo: los políticos mienten, las agencias de inteligencia son sigilosas. Ellas conducen varias "operaciones negras" que a menudo implican la muerte de personas inocentes. Los intereses corporativos guían a los políticos a menudo. Ellos también poseen los medios de comunicación y no promueven noticias que tendrían consecuencias negativas para ellos. De nuevo, los psicópatas saturan todas estas industrias. Su liderazgo a veces se solapa. Ellos tienen intereses comunes. Y, de nuevo, son piscópatas. Ahora ¿Qué tan difícil es creer que algunos de estos malvados bastardos cometerían verdaderas atrocidades contra sus propios pueblos y culpar de ello a algún "hombre de la bolsa", interesados en la hegemonia global? ¿Recuerdan a Hitler? ¿Recuerdan a Goring a Himmler y a Goebbels? Ellos también eran psicópatas. ¿Recuerdan el incendio de Reichtag? ¿Recuerdan el control de los medios de comunicación, el uso de chivos expiatorios, la relación incestuosa entre los poderes corporativo, mediático, militar, económico y político? ¿No es aterradoramente obvio que no existe alguna maldad que ellos no harían? ¿Que ellos hicieron tales cosas en el pasado y van a CONTINUAR haciéndolas? ¿Y no crees que tendrían agentes dispuestos a hacer que cualquiera que exponga estas decepciones se vea como un loquito? Sí, hay teóricos conspiratorios estúpidos. Pero también hay escépticos y demoledores estúpidos. Eso no viene al caso cuando se trata de lo que verdaderamente sucedió.

Ya sean agentes policiales vestidos de anarquistas que instigan a la violencia en protestas, tropas del Reino Unido haciéndose pasar por insurgentes iraquíes con bombas y armas, operativos israelíes creando células falsas de la Al-Qaeda, o cualquier otra operación de contra-inteligencia, este es el procedimiento de operación ESTÁNDAR. Y son las personas como Ronson las que miran a las ondas con descreimiento, incapaces de ver la roca áspera mirándolos a ellos directamente a la cara.

De todas maneras, estoy despotricando. Un pequeño punto más antes enrollarme. Notando la ausencia de la psicopatía en el DSM, Ronson se pregunta si ellos tenían "algun tipo de cisma de tansfondo en el mundo que define a los psicópatas." Resulta que sí había. Lee Robins, un sociólogo, empeñándose en excluirla, enfocándose sólo en síntomas evidentes en vez de rasgos de la personalidad como la empatía. Este es un punto importante, el cual trato en este articulo. En el mismo yo también doy mis pensamientos al debate "dimensional vs categórico". Mi intuición es similar a la de Hare. Los psicópatas son diferentes. Ellos tienen la forma de un humano, la forma exterior. Ellos caminan, hablan, conversan, comen y respiran. Quizás incluso coleccionen juguetes de McDonald's o estatuas de depredadores, como los psicópatas entrevistados por Ronson. Pero cuando se trata de la esencia interior que nos hace humanos, esa parte de otra persona que nosotros llegamos a amar y apreciar, no, no son humanos. Ellos son depredadores dentro de la especie. No tan humanos. Mientras Ronson hace un trabajo admirable al traer el tema de la psicopatía, y la idea de que la misma gobierna el mundo a los medios convencionales, él nunca llega a encontrarse realmente con el asunto. Él junta algunas pistas, pero le falta la llave para darles una comprensión más amplia. Para eso, necesitas el libro Ponerología Política. Puede que no haya nada nuevo en El Test del Psicópata para lectores regulares de SOTT, pero yo sí lo encontré agradable por el estilo peculiar y atractivo de Ronson y por los casos estudiados. Entonces échale un vistazo. Pero asegúrate de completar tu lectura con algo un poco más substancial.