Periodista advierte de un «Plan Cóndor» mediático contra
gobiernos progresistas de América Latina
Juan Manuel Fonrouge, presidente de la Unión Latinoamericana
de Agencias de Noticias (ULAN), advirtió que los gobiernos progresistas de
América Latina se enfrentan a una ofensiva mediática de poderosas empresas de
comunicación.
Como Plan
Cóndor se conoce a la coordinación de operaciones entre las cúpulas de los
regímenes dictatoriales del Cono Sur de América (Chile, Argentina, Brasil,
Paraguay, Uruguay, Bolivia y esporádicamente, Perú, Colombia, Venezuela,
Ecuador) con la CIA
de los EE. UU., llevada a cabo en las décadas de 1970 y 1980. El plan se
constituyó en una organización clandestina internacional para la práctica del
terrorismo de Estado que instrumentó el asesinato y desaparición de decenas de
miles de opositores a las mencionadas dictaduras, la mayoría de ellos
pertenecientes a movimientos de la izquierda política
“En América Latina hay una misma línea editorial, que
recorre cada uno de nuestros países. Si vemos los medios más concentrados, los
más poderosos de Ecuador, Venezuela y Argentina, por ejemplo, vemos que hay una
misma letra, una misma orientación ideológica y una misma posición contraria a
sus propios gobiernos”, dijo Fonrouge a la agencia de noticias Andes.
“El planteo mio es el siguiente: las grandes dictaduras de
América Latina no han venido de partidos democráticos sino empujadas por
intereses económicos y políticos de los sectores más oligárquicos, más
concentrados de la economía. La dictadura instaurada en Argentina, en 1976, fue
impulsada por los sectores agroexportadores que intentaban dar marcha atrás con
un estado de bienestar”, ejemplificó Fonrouge.
En este contexto, dijo que no es lo mismo el sano debate de
ideas –que es parte del juego democrático- con los permanentes afanes de
desestabilización que promueven las grandes empresas mediáticas.
“Es una metodología idéntica, hay una correlación. Las
noticias que salen en Argentina a Ecuador, por ejemplo, en contra del
presidente (Rafael) Correa son las noticias que los propios medios concentrados
de Ecuador difunden. No es una investigación propia, por ende, hay un
correlato”, subrayó.
Fonrouge rememoró que en 2008, los grandes conglomerados
mediáticos, encabezados por el grupo Clarín, apoyaron un proceso destituyente
contra la presidenta argentina Cristina Fernández, a propósito de un problema
patronal de sectores que pretendían mantener una economía regida por un modelo
agroexportador.
El periodista de 33 años, quien también es presidente del
Consejo Mundial de Agencias de Noticias, recalcó que algunos medios de
comunicación de la región son un correlato de ese proyecto político-elitista.
Defendió la posibilidad que desde el estado, a través de
medios públicos, se permita una política que promueva una mayor variedad y
diversidad de opiniones, no solo de sectores políticos sino sociales,
culturales, gremiales, de las minorías, de los pueblos originarios, etcétera.
“Hay una batalla cultural que atraviesa toda América Latina.
Creo que los más importante que deben hacer los medios públicos es marcar otra
agenda, de lo que verdaderamente le importa e interesa a la sociedad. Por
supuesto que hay intereses creados por parte de estos medios (privados) en los
cuales no solo mienten y tergiversan la información sino que, además, tienen
una agenda que es secundaria e intrascendente para las mayorías populares en
América Latina”, manifestó.
Recordó que en Argentina hace dos años se dio un gran debate
por la promulgación de la ley de Servicio Audiovisual que distribuía las
frecuencias de radio y televisión de manera equitativa: 33% para los grupos sin
fines de lucro, 33% para el estado los
sectores públicos y 33% para el sector privado.
Fonrouge criticó que la prensa se autocalifique como
independiente, cuando en la realidad son independientes de los gobiernos, pero
dependientes de los poderes económicos.
Rechazó que se tilde como periodistas militantes a los
profesionales que colaboran en los medios públicos. “Si aceptamos el término de
periodista militante, deberíamos achacárselo tanto a periodistas que militan
las ideas en los grupos económicos como a los que trabajamos en los medios
públicos o defendemos otro tipo de ideas. Más allá de ser periodistas o no,
tiene que ver con nuestras ideas, con nuestra realidad”.
El periodista argentino, quien tiene el cargo de gerente de
Desarrollo Institucional de la agencia argentina Télam, cree que la tan
promocionada objetividad no existe. “La objetividad, en todo caso, es la
subjetividad dominante”, recalcó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Libera tu expresión!