Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
(Texto)
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Sin
dudas, estamos llegando al fin de una etapa histórica, después del 8 de
diciembre todo será distinto, en la sociedad habrá un reacomodo. Hoy
podemos sólo vislumbrar los posibles caminos de la encrucijada, el
tiempo dirá la última palabra.
La
pregunta que nos puede guiar es ¿Quiénes pugnan por la hegemonía,
cuáles ideologías? Es asombroso, sorprende, pero es así: en plena
Revolución el principal choque es entre fracciones capitalistas, se
pelean dos proyectos de capitalismo. Alguien podría decir que son
etapas, que es la transición, ojalá esté en lo cierto, ojalá reaparezca
el Socialismo en escena. Alguien podía decir que exageramos, ojalá esté
en lo cierto, por ahora revisemos los hechos, ojo, decimos los hechos no
la retórica, ya sabemos que el papel aguanta todo.
Para
efecto de guiarnos en la maraña de hechos, intentemos construir un
revolucionometro, es decir, una definición primaria de lo que entendemos
por Socialismo. El Socialismo puede ser de mil maneras, tan diverso
como Revoluciones se dan en el mundo, pero todos los Socialismo
deben sustentarse en un complejo con dos polos que se complementan, se
influyen mutuamente: la propiedad social de los medios de producción, y
la conciencia amorosa, de pertenencia a la sociedad, la relación
fraterna en la sociedad.
Siendo así, el avance del Socialismo será, a grandes rasgos, el avance en estos dos aspectos.
No
hay dudas, la propiedad capitalista, la egoísta, la propiedad nosocial
de los medios de producción, los grandes y los pequeños, se ha elevado.
Este raro socialismo ha estimulado la propiedad nosocial, ¿Quién lo
duda, quién rebate esta afirmación?
No
hay dudas, la conciencia egoísta, capitalista, que acompaña a la
propiedad capitalista se ha elevado. Ahora, más allá de las
declaraciones tenemos un pueblo más fragmentado, más individualista,
menos solidario, menos organizado en tejido social.
Ahora bien, si el Socialismo está arrinconado, quiénes se disputan la hegemonía, cuáles proyectos.
Por un lado está el capitalismo franco de la mesa de la unidad,
ya lo conocemos, privatizar todo, desde PDVSA, hasta las plazas.
Políticamente ensayan el golpe cruento, o ganar las elecciones, y no
tienen inconveniente en construir un pacto político, que ya se da en lo
económico.
Frente a este proyecto, encontramos el capitalismo vergonzante, propio de la pequeña burguesía,
estridente en las medidas, pero protector de la esencia del
capitalismo. Vive en una contradicción: su retórica es socialista y su
práctica es capitalista. De allí que la conciencia egoísta, que emana de
su práctica, se enfrente a su retorica, a su ejercicio de gobierno, lo
que necesariamente lo debilitará, lo hará inconveniente para las clases
dominantes, no les servirá. Después del 8 el camino del capitalismo
vergonzante será debilitarse, y en esa debilidad su destino sólo puede
ser un golpe o un pacto.
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