La ruptura política bolivariana del 98.
Las etapas del proceso bolivariano
La crisis de gobernabilidad de los 90 y el tránsito de la táctica de la insurrección popular a
la electoral, permitió articular una gran alianza política que permitió el triunfo
institucional bolivariano. Para ello fue preciso transformar los instrumentos políticos en
instrumentos electorales eficaces que permitieran obtener la victoria y se optó por la vía
pacífica y democrática para el cambio y la transformación.
Para alcanzar los objetivos anteriores, fue preciso transformar el MBR-200 en un
movimiento electoral: Movimiento Quinta República (MVR) que nunca aspiró a otra cosa
que a generar un movimiento amplio, que permitiera conducir a la victoria en las urnas.
Pero que en ningún caso, por su composición, su falta de norte ideológico claro, así como
su estructura política, podría ser el instrumento político que pudiera gerenciar el cambio.
Por lo menos no en su forma originaria. También fue preciso construir un espacio para las
alianzas, como lo fue el Polo Patriótico, que cobijó electoralmente a todos aquellos que
desde sus propias estructuras políticas estuvieron de acuerdo en participar en la
propuesta bolivariana.
El 1998, se abre un nuevo ciclo en la política venezolana que muestra a las claras la
posibilidad de una ruptura con los viejos y los nuevos patrones de acumulación de la
burguesía contemporánea. Por un lado, las viejas elites que estaban siendo desplazadas,
ahora dispersas, divididas, pero todas tenían como objetivo capturar a la Revolución
naciente, cooptarla, impedir que concretaran sus intenciones de cambiar las estructuras
de país, asimilarla mediante un beso de muerte, convertirla en una de ellos, en una
esperanza popular fallida. Simultáneamente, desarrollan sus planes subversivos con
cautela, esperando la oportunidad para aparecer. No cejan en la idea por convertirse en
instrumentos de los nuevos requerimientos del gran capital. Por otro lado, se presenta el
heterogéneo campo bolivariano conformado por variados factores, que van desde la
extrema derecha hasta los revolucionarios, pasando por los oportunistas y los
conciliadores. Factores políticos, cada uno con su ideología.
La primera etapa del Proceso Bolivariano se pudiera definir como un período
constitucional y de legitimación electoral. En esta etapa de reacomodo jurídico, político
y administrativo, el campo bolivariano pudo mantener relativa coherencia, las tensiones
transitaban soterradas. Los sectores revolucionarios, poco claros, imprecisos, poco
precavidos, actuando por instintos, sin objetivos, con más entusiasmo que claridad, se
rendían a la embriagues de los triunfos. Entre tanto los sectores internos más
reaccionarios del proceso tenían como objetivo colocar en puestos claves sus agentes, y
confiaban de esa forma con controlar la elaboración de las leyes y de esa manera castrar la
Constitución y dirigir el proceso.
Es de la mayor importancia señalar que en esta fase la pugna por la hegemonía del
proceso estuvo centrada entre el sector militar nacionalista de derecha y el sector de la
burguesía modernizadora. Ambos se confrontaron para capitalizar los principales puestos
en el ejecutivo y así conducir la Constituyente. Vieron con preocupación algunas de las
reformas sociales, el inicio de las diferencias con Estados Unidos y el acercamiento con
Cuba. La primera baja de la amplia alianza electoral bolivariana se produjo a principios
del año 2000 y fue la salida de la tendencia militar nacionalista de derecha, derrotada en
su intento por capitalizar el proceso. En lo adelante y hasta mediados del año 2001 la
tendencia burguesa modernizadora, en lo esencial, hegemonizó la Revolución
Bolivariana. De manera paulatina estableció su control sobre la Constituyente, las
elecciones legislativas y para gobernadores y alcaldes. Tuvo un papel importante en el
control de sectores importantes del ejecutivo, el legislativo y hasta en el partido de
gobierno: el MVR. Las diferencias entre estos dos sectores en ningún caso deben ser
valoradas como simple conflicto entre personas, sino como contradicción entre dos
tendencias políticas con intereses diferentes, pero no antagónicos. Es por ello que la
tendencia militar de derecha vio al miquelenismo como su competidor frente a su intento
de hegemonizar el proceso bolivariano. Sin embargo, hoy cuando ambas tendencias en lo
fundamental están fuera de la Revolución Bolivariana, concilian inmoralmente sus
intereses dentro del amplio espectro que integra la contrarrevolución.
Se puede decir que la primera etapa del proceso bolivariano concluyó de manera ofensiva
y exitosa. La revolución se impuso en más de ocho elecciones, logro avanzar hacia un
nuevo ordenamiento jurídico del país, se ganó la mayoría en el parlamento, en las
gobernaciones y una importante cuota de las múltiples alcaldías. En el plano económico,
se detuvo el decrecimiento de la economía y se avanzó hacia una estabilidad
macroeconómica que controló de manera importante la inflación y los indicadores más
relevantes. Quizás uno de los mayores éxitos fue la estrategia petrolera internacional, que
contribuyó a alcanzar precios dignos para nuestra principal fuente de recursos nacionales
que en el año 1998 estaba en 9 US$ el barril.
Los oligarcas de afuera se mantenían a la defensiva, aplastados por la derrota electoral
que los agobiaba y con el uso inteligente de los propios instrumentos de legitimación del
sistema. Su única reivindicación de entonces, que es la misma de hoy, era la bandera del
antichavismo. Si realizamos un análisis de la etapa, ya en ese período se habían elaborado
y desarrollado las mismas consignas y concepciones para la salida de Chávez. La vía del
golpe y la institucional, los esfuerzos por controlar el Tribunal Supremo de Justicia y
otros más que hoy ya conocemos con claridad. En este punto es importante preguntarse:
¿Por qué entonces esa oposición no era capaz de convocar una marcha y ni siquiera una
movilización relevante con las mismas consignas y hoy si lo puede hacer? ¿Cuáles son los
factores y las causas que permiten este cambio en la actividad de la oposición que en
realidad carece de un nuevo discurso y no tiene ningún proyecto de país alternativo al
chavismo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Libera tu expresión!