El presidente venezolano, Hugo Chávez, informó este viernes la captura del salvadoreño Francisco Chávea Abarca, acusado de ser la mano derecha del terrorista Luis Posada Carriles y de ser autor de varios atentados con explosivos en Cuba, durante una operación de inteligencia la noche de este jueves cuando intentaba ingresar a Venezuela.
En una alocución desde el Palacio de Miraflores (sede de Gobierno), el mandatario explicó que Abarca fue detenido en el aeropuerto de Maiquetía (norte) y fue trasladado a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) para ser interrogado.
El apodado también “El Panzón”, está en la lista roja de terroristas buscados por Interpol (Policía Internacional) por estar implicado en varios atentados con explosivos en Cuba en los años 90.
Ante la captura, el presidente venezolano se preguntó cuál pudo haber sido la intención del salvadoreño para ingresar al país y ordenó averiguar quién estaba esperándolo.
“¿Qué quería Chávez Abarca en Venezuela? ¿Quién estaba esperándolo?”, se preguntó el mandatario, antes de informar que que el detenido será entregado a la Interpol para que sea enviado a Cuba, país que solicitó la captura.
Aseguró que “este caballero vino para acá a matarme (Â…) me lo dice el corazón”, y le pidió que colabore para aclarar la “misión especial que vino a cumplir a Venezuela”.
Dijo que en medio del avance de la revolución y en las proximidades de las elecciones parlamentarias de septiembre “es muy extraño que venga un terrorista de este calibre”.
“Posada Carriles debe estar bien nervioso porque agarramos a uno de los suyos”, añadió.
Chávez Abarca estuvo detenido en El Salvador por dos años por ser líder de una banda que se dedicaba de robar vehículos en ese país, pero la justicia esquivó dar sentencia a los otros crímenes internacionales de los que se le acusaba.
Abarca y 21 miembros de su banda fueron arrestados bajo cargos de robo de automóviles y estafa. Las autoridades aseguraron entonces que se trataba de “una de las principales estructuras del crimen organizado dedicadas al robo y hurto de vehículos a nivel nacional y centroamericano”.
El 28 de octubre del 2007, un juez complaciente liberaba a Chávez Abarca por sus actividades delictivas. Sin embargo, nunca tuvo que responder de su papel como principal cómplice de Luis Posada Carriles en una campaña que nunca se mencionó ante los tribunales salvadoreños a pesar de repetidas denuncias.
En los años 90, fue señalado de dedicarse al narcotráfico así cómo a la venta de armas y de dinero falsificado en Guatemala.
Utilizó los alias Manuel González, Roberto Solórzano y William González, y efectuó tres viajes breves a Cuba, en abril y mayo de 1997 para hacer varios atentados.
En 1997 activó una bomba de 600 gramos de C-4 que causó daños materiales en los baños de la discoteca Aché del Hotel Meliá Cohíba, el 12 de abril de 1997.
El 30 del mismo mes, es desactivado un artefacto explosivo 401 gramos de C-4 que el salvadoreño había colocado en una maceta ornamental del piso 15 de la misma instalación hotelera.
Además, el 24 de mayo, mientras Chávez Abarca se encuentra en México, estalla una bomba en la entrada de las oficinas de la corporación Cubanacán de la capital.
El gobernante venezolano recordó que se han cumplido cinco años desde que su Gobierno formalizó su petición a Washington para la extradición de Posada Carriles, un ex agente de la Central de Inteligencia Americana (CIA), de 82 años, responsable, entre otros delitos, del atentado con explosivos del 6 de octubre de 1976 contra el vuelo 455 de la compañía Cubana de Aviación, hecho en el que murieron sus 73 ocupantes.
Posada Carriles está en libertad en Estados Unidos y solamente acusado por delitos de leyes migratorias. Ese país no ha dado respuesta a Venezuela sobre la solicitud.
Su recluta puso la bomba que mató a Fabio di Celmo
En 1997, siguiendo orientaciones de Posada Carriles, el “Panzón” Chávez Abarca fue quien contrató al mercenario Ernesto Cruz Leon y lo encargó de realizar misiones terroristas en Cuba, al contarle que él mismo lo había hecho, y pronto le dio el entrenamiento en la confección de artefactos explosivos.
Así fue cómo Cruz León realizará dos viajes a Cuba durante los cuales sitúa bombas en hoteles habaneros, una de las cuales mató al joven turista italiano Fabio di Celmo, el 4 de septiembre de 1997, el momento más trágico de la criminal campaña de terror que Posada desencadenó por cuenta de la Fundación Nacional Cubano Americana, una criatura de la CIA.
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