Por: Miguel Eduardo Castillo
Siguiendo el manual de la doctrina del shock, el premio Nóbel preventivo de la Paz, pelele de Wall Street, Barack Hussein Obama, aprovecha el caos para colarse en Haití y posicionarse estratégicamente en el Caribe.
Sin tanta alharaca casi todos los países que respondieron a la emergencia haitiana, enviaron grupos de expertos en catástrofes dotados del equipo y la tecnología para el caso.
Pero ¿qué hace la imitación demócrata y afrodescendiente de Bush? Anuncia el aumento a diez mil del número de soldados en Haití y el envío de un destructor, dos buques de guerra con misiles dirigidos y tres buques de asalto anfibio.
Tras la cortina de las camas de hospital, las salas de operaciones quirúrgicas, la producción de agua potable y comidas; EEUU infiltrará en el corazón del Mar Caribe 3.500 marines y aportará 100 millones de dólares que más allá de destinarse para ayuda humanitaria, costearán esta inmensa movilización militar.
Y si lo anterior fuera poco, la Clinton anuncia desde ya la participación gringa en la reconstrucción de Haití.
“¡Qué manguangua!”, dirán en la Casa Blanca. Por un lado, tratarán de vender esta intervención en la isla como parte de “la cualidad humanitaria y pacífica” del Gobierno de Obama e intentar así levantar su decadente popularidad en vista del aumento de los entuertos en Irak y Afganistán.
Por el otro, podrán meterse en el negocio de la reconstrucción de Haití y además, posicionarse a 90 kilómetros de Cuba para añadir otro espacio desde donde operar contra los países del Alba, especialmente Venezuela (actualmente 20 bases militares de EEUU rodean a nuestro país)
Aquí se revela lo que descaradamente opinan off the record miembros de ONG europeas que se lucran de su actividad “en pro del desarrollo” en Latinoamérica y África: “su miseria, es nuestra riqueza”.
Apoyo total al pueblo haitiano pero aumentemos las alertas y nuestra movilización continental contra el imperialismo.
Vía: Aporrea
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