martes, 12 de enero de 2010

EL NUEVO ORDEN MUNDIAL*


Por: Francisco de la Torre **

I) Introducción

Cuando en los habituales medios de información se trata el tema que nos ocupa, únicamente se lo relaciona con la integración del comercio mundial, el libre mercado, modernización del estado, etc.; escondiendo las raíces y objetivos que están tras tan ambicioso proyecto.

Este Nuevo Orden Mundial fue anunciado por el presidente Bush al terminar la guerra fría, trayendo consecuentemente la instalación en la cúspide del poder político a los Estados Unidos y su imposición del neoliberalismo, o sea, la búsqueda exclusiva del bienestar individual, mejor dicho, el egoísmo presentado como “ciencia”. Podemos ver detrás de su máscara “democrática” y “pluralista” la existencia de un totalitarismo que implica necesariamente la mundialización de esta visión, por ende, la destrucción de cualquier alternativa; recurriendo, según el caso, a medios bélicos (por ej. Irak y Panamá) y a otros, como la dejadez en la ex-Yugoeslavia o el golpe de estado en Argelia en 1992.

Esta mundialización del neoliberalismo lleva a una completa reducción de la finalidad del hombre a lo puramente económico, a la búsqueda del bienestar material en función de una idolatrización del egoísmo barnizado como “ciencia”, corrompiendo todas las manifestaciones humanas más elevadas (por ejemplo: la religión, la cultura, la política) y convirtiéndolas en simples mercancías manipulables por los poderosos o, en su defecto para satisfacer Inclinaciones snobistas de los que buscan algo “diferente”, pero sin salirse de los esquemas definidos por el sistema imperante.

Creemos que esta tendencia viene tomando cuerpo desde hace varios siglos. Empezó a manifestarse cuando los grandes comerciantes y usureros del medioevo lograron poco a poco influir en la mentalidad de los gobernantes y en sus decisiones, obteniendo puestos claves en el aparato estatal. Pero su objetivo es el Poder Total y de ahí en adelante no pararán hasta conseguirlo. Con sus falsos principios y su poder económico inspirarán y financiarán las “revoluciones burguesas” y “proletarias”, en suma, la concreción de lo que se conoce por Modernidad (plasmada gracias al capitalismo y al comunismo), procreando una sociedad materializada, homogeneizada, deshumanizada y masificada. Sociedad decadente que corrompió la concepción del Hombre como “portador de valores de eternos” y la de Pueblo como “comunidad vital de destino”, incapacitándolos para reaccionar eficaz e infelicemente a cualquier situación histórica. Especialmente en estos últimos cincuenta años hemos sido espectadores de la completa subordinación de todo “representante del pueblo” a su Poder.

La realización (de sus sueños de dominio absoluto es por medio de la materialización de la utopía de un “Gobierno Mundial”, destructor de las soberanías y que rebaja la existencia humana a las actividades realizadas en un mercado, donde ya no hay lugar para el heroísmo y la fidelidad, y que «deja al hombre sin patria y no es bastante para una apelación más profunda al sentimiento del honor. Da a lugar al cosmopolita, a ese hombre que nunca responde con su vida, porque podría seguir igualmente bien en cualquier sitio». (1) Observación muy interesante para nuestro país, por la intromisión de la pregunta sobre la doble nacionalidad en la próxima “consulta popular”.

A continuación, daremos una breve exposición de cómo se han articulado estas pseudoélites en nuestra época, su operatividad para la consecución de sus sueños mesiánicos y, un bosquejo de reordenamiento y defensa contra el sombrío mundo que se avecina.

II) Las élites de poder

El proyecto de este Gobierno Mundial era «el sueño del Iluminismo del siglo XVIII, con Kant a la cabeza» (2); pero varios estudiosos preocupados en investigar las relaciones entre Alta Finanza y poder político llegan a la conclusión que la renovación de este modelo de influencia política e ideológica fue preparado en Inglaterra a fines del siglo pasado, especialmente bajo el impulso del colonialista Cecil Rhodes (1853-1902). Este organizó sociedades influyentes -conjuntamente con banqueros, políticos, industriales, economistas (3) para difundir el mesianismo anglosajón, que consiste en el establecimiento de un mundo gobernado por las clases dirigentes de los dos imperialismos: el británico y el norteamericano.

De tales sociedades saldrán el Real Instituto de Asuntos Internacionales y el Consejo de Relaciones Exteriores (CRE), organismos que tienen el objetivo de delinear la política exterior de Inglaterra y Estados Unidos respectivamente, acorde a sus intereses, Por razones de la reestructuración mundial del poder, actualmente tiene más importancia el CRE.

Esta entidad fue financiada por la Banca Morgan y la Fundación Rockefeller. Ha tenido y tiene como miembros a altos dirigentes del Departamento de Estado norteamericano, y sus sugerencias han sido el sostén ideológico del imperialismo yanqui. De éstas, dos son las que más han repercutido en el panorama mundial: la conformación del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y la planificación de la ONU, organismos que solo han servido a los intereses de los países ricos.

En 1954, aparece una organización semi-secreta por iniciativa de J. Reitinger, muy entroncado con los miembros del CRE y subvencionado por D. Rockefeller. Es el Grupo Bilderberger, que reúne “un club selecto de hombres norteamericanos y europeos de los sectores influyentes, es decir, alta finanza, sindicatos, política, universidades, prensa para «solucionar los problemas del mundo»” (4) y para conseguir un mayor acercamiento entre Estados Unidos y Europa con el propósito de formación de un Gobierno mundial. Entre sus presidentes encontramos al Príncipe Bernardo de Holanda; a Douglas (Lord) Home, ministro de Asuntos Exteriores de Inglaterra; Walter Scheel, ministro de Exteriores de y luego presidente RFA; Lord Roll, presidente del grupo bancario S. G. Warburg y emparentado con el consorcio Roll Royce. Son algunos de sus miembros: Henry Kissinger; P. Volcker, ex-presidente del Sistema de Reserva Federal; pasando por Helmut Kohl hasta los reyes de España.

Vamos llegando a lo que varios investigadores llaman «el círculo exterior del poder», el que mueve los hilos tras bastidores. Estamos hablando de la Comisión Trilateral, organización fundada en 1973 por iniciativa de D. Rockefeller y delineada en sus fundamentos ideológicos por Zbigniew Brzezinski, ex-asesor de seguridad del presidente Carter (miembro de ésta) constituyendo « el grupo de potencias intelectuales y financieras más fuerte que el mundo haya conocido jamás…» pero ahora ampliando su influencia ya que vienen de Estados Unidos, Europa y Japón; de ahí su nombre.

Para dar un ejemplo de su poder, veamos algunas transnacionales de las cuales sus directivos son miembros: Chase Manhattan, Bank of Tokyo, Lloyds Bank, Mitsubishi, Toyota, Peugeot-Citroen, Coca Cola, IBM, New York Times, Boeing, Sony, CBS, etc. (5). Su estrategia se basa en el control de plazas geopolíticas dominantes y la progresiva desintegración de los estados en instituciones supranacionales. Como expresa claramente el marxista José María Vidal Villa (6): « (La Trilateral) Es un embrión real de Gobierno Mundial… buscando la mundialización de la economía y la necesidad de una superestructura política unificada que la organice y la «defienda» de sus potenciales enemigos; es decir, un futuro Estado Mundial». De la misma opinión es otro conocido estudioso de izquierda, el Sr. Ramón Tamames (7).

Todo este poder nunca antes visto también está imbuido fanáticamente de la idea de mundializar el tipo de vida norteamericano, en el cual «la supresión de las raíces ha sido percibida siempre como la condición esencial del crecimiento de las libertades» (8); visión que también han participado y participan nuestras «élites criollas».

III) Desestructuración de los pueblos

La transnacionalización de la basura religiosa, cultural, política y económica que nos viene del norte, ha acelerado el proceso de rechazo y olvido de la herencia de nuestros antepasados, la pérdida de nuestra identidad; una grave amenaza al alma de un pueblo, que deja libre el camino, sin defensas, para una dominación ya no solo física sino también psíquica.

Este sometimiento es muy patente en los actuales dirigentes sudamericanos, al haber perdido las más elementales nociones de la política: la Soberanía, la Independencia y la Justicia (9). Con el pretexto de la modernización del estado, éste es reducido a simple gendarme del orden interno y externo, dejando todo a las fuerzas del mercado, donde la base es el individualismo y como es lógico, en él no existe el significado de pertenecer a una Patria y tener un destino común.

Los pueblos son rebajados a simples consumidores y productores, incitando eminentemente al bienestar y al lujo, incrementando las necesidades artificiales con el fin de sostener el inhumano sistema capitalista; que ha conseguido poder manifestar los instintos más bajos de las personas, maquillados por el nuevo ¡dolo, la «competencia perfecta», paradójicamente recomendado por los mayores poseedores de empresas monopólicas.

A nuestra América, a la que va desde Río Bravo hasta el cabo de Hornos, la verdadera América, la tienen también sometida a los designios mundialistas por la deuda externa y las «recomendaciones» del FMI, con el fin expreso de dejar en un estado de postración a las economías y con graves dificultades para remontar el papel adjudicado en el Nuevo Orden Mundial: el de países con mano de obra barata y exclusivamente productores y exportadores de materias primas.

Tienen su importancia en la pérdida de nuestra identidad las sectas protestantes que están vaciando nuestra forma de relacionarnos con lo sagrado, al traer concepciones de sociedades decadentes que han materializado y mercantilizado la búsqueda de la trascendencia, como es el caso de los telepredicadores.

Por otro lado, el discurso sobre la sociedad multirracial -una especie de shampoo de varias hierbas y que al final uno no sabe cuales mismo contiene- es un ataque disimulado a la diferencia y diversidad de los pueblos, a su base biológica y que «no sería más que un nuevo racismo animado en el fondo por un odio racial, pero esta vez hacia todas las razas y etnias del mundo» (10).

Los Estados Unidos, igualmente, están buscando su expansión planetaria recurriendo a una supuesta defensa de los «derechos humanos» y de la crisis ecológica, como también por la lucha contra el narcotráfico; excusas hipócritas para dar un aire de legalidad a su continua intervención en los asuntos internos de todas las naciones.

IV) Conclusiones

En el apartado anterior nos hemos referido que no es solo el dominio del mercado mundial lo que buscan, sino el control absoluto de todas las actividades humanas que puedan presentar peligro para el cumplimiento de este proyecto.

No les interesa el desarrollo trascendente y cultural del hombre, pero sí la manipulación de su mente, reduciéndolo a un estado de animalidad, que solamente reacciona ante el sensacionalismo y la satisfacción de sus instintos.

La lucha de este nuevo orden es principalmente contra las religiones y las identidades de los pueblos, principios básicos para una reasunción de nuestros Destinos y Defensa contra el mundialismo. Por lo que nuestra posición es declarar enemigo de los pueblos al imperialismo norteamericano, por ser el principal brazo ejecutor de este viejo sueño mesiánico.

Debemos redefinir nuestra posición espiritual con el rescate de lo simbólico, para una verdadera comunión del cielo con la tierra. Una búsqueda dentro del catolicismo de la vía solar (11), iluminadora, transfiguradora; que produzca un cambio de perspectiva, una reorientación radical de la vida (que los griegos llamaban metanoia) y no el reducirnos a formulaciones consoladoras y despreocupadas de la Verdad.

Debemos ir al encuentro de nuestra identidad, explotar la riqueza y las posibilidades inherentes a nuestro mestizaje, el saber lo que realmente somos y adonde vamos, Rechazamos la traición a nuestras raíces por parte de las oligarquías criollas e intelectuales “ilustrados” y su imposición de modelos ajenos a nuestra realidad, que han confundido y oscurecido las verdaderas soluciones ha nuestros problemas. La identidad es la que nos clarificará los caminos a seguir, remontando los fracasos que venimos arrastrando desde nuestra Independencia.

El, rescate de la esencia de la política, lo comunitario; colocando en su sitio a la economía para que pueda cumplir con sus funciones sin interferir en la consecución del Bien Común. Una democracia en la que participe efectivamente el ciudadano y se sienta parte de la comunidad (desde un punto de vista orgánico, corporativo), diferente al individualismo inherente a la democracia liberal.

Creemos que ya debe empezar la defensa por medio de un cambio de perspectivas que permita el surgimiento de hombres valientes y decididos, creadores de un movimiento nacional-revolucionario hispanoamericano, en el puro espíritu bolivariano, con una clara misión geopolítica para superar el proceso de desestructuración de nuestras naciones; que permita ser los forjadores de nuestro propio destino; uniéndonos a ilustres pensadores argentinos y chilenos que avizoran nuestra libertad del imperio del hedonismo, con una «Segunda Guerra de la Independencia».

NOTAS:

(1) Romano Guardini, “EUROPA: TAREA Y REALIDAD” en OBRAS I, Madrid, Ediciones Cristiandad, 1981, pág. 16

(2) Alberto Buela, “Al rescate de las utopías”, en la revista “CIUDAD DE LOS CESARES” No. 27, XI-XII/92.

(3) Mayor información de estas sociedades y sus relaciones en el libro de Manuel Bonilla Sauras: “LA TRAMA OCULTA DEL P.S.O.E.”, Ediciones Ignis Renovatur, España, 1991; especialmente el capitulo 1, el mesianismo anglosajón.

(4) Juan Antonio Cervera, “LA RED DEL PODER”, Ediciones Dyrsa, Madrid, 1984

(5) Información detallada de los miembros y las transnacionales adscritas a la Trilateral en Manuel Bonilla Sauras, op. cit.

(6) “HACIA UNA ECONOMÍA MUNDIAL”, Editorial Plaza & Janes/Cambio 16, Barcelona, 1990.

(7) “INTRODUCCIÓN A LA ECONOMÍA INTERNACIONAL”, Editorial Orbis, Barcelona, 1985.

(8) José Javier Esparza, “Los Yanquis, el pueblo elegido de la Modernidad”, en “CIUDAD DE LOS CESARES” No. 10,1-II/90.

(9) Dr. Carlos A. DisandrO, “SEMÁNTICA Y POLÍTICA” Ed. Estado justicialista, Bs. As. 1989.

(10) José Ignacio Vásquez, «Diversidad cultural e identidad en Hispanoamérica” en “CIUDAD DE LOS CESARES”, Nº 28.

(11) Como era común en nuestras religiones aborígenes y, en general, en toda verdadera tradición (en el sentido que le da René Guénon).

*Aparecido en la revista “Movimiento Cóndor”, Nº 1, Agosto de 1994, Quito.

** Francisco de la Torre es economista, quiteño, fue dirigente del “Movimiento Cóndor”, y colaborador en la revista argentina evoliana El Fortín, de la española Patria Iberoamericana, de la ya desaparecida revista argentina Disenso, de la también argentina El Pampero Americano y de la italiana Eurasia.

Vía: El otro Ecuador

1 comentario:

  1. Buenos Dias, me gustaria comunicarme con usted, para fines consiguientes a la publicacion de un articulo acerca del Socialismo, mi correo amarquesr1411@gmail.com, le daré mas detalles luego. Gracias.

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